Rita es el mejor ejemplo de que , a veces, segundas partes sí son buenas. Rita y su propietariaRita y su propietaria

La abandonaron de manera salvaje, sobrevive gracias a la rapida intervención del personal del albergue, a una enfermedad gravísima, y, por fin, encuentra un hogar.

Ahora la quieren con locura, y ella responde haciendo compañía a la abuela de la familia, y a todos, en Vega de Espinareda y cuando se la traen a Ponferrada, donde también pasa temporadas.