Historias con final Feliz 10- Rita, segundas partes sí son buenas
Rita es el mejor ejemplo de que , a veces, segundas partes sí son buenas.
La abandonaron de manera salvaje, sobrevive gracias a la rapida intervención del personal del albergue, a una enfermedad gravísima, y, por fin, encuentra un hogar.
Ahora la quieren con locura, y ella responde haciendo compañía a la abuela de la familia, y a todos, en Vega de Espinareda y cuando se la traen a Ponferrada, donde también pasa temporadas.