Dos primeras figuras de la escena española como Charo López y Emilio Gutiérrez Caba se enfrentan en Las memorias de Sarah Bernhardt a la puesta en escena de los últimos días de la gran diva del teatro universal. El espectáculo se podrá ver en el Bergidum, coincidiendo con la entrega a la actriz salmantina del premio Micrófono de Oro (viernes, día 1; 21,30 horas; sábado, día 2, 19 horas; 12 y 10 euros; entradas a la venta a partir del día 28/3; programa de abono, función día 1).

Las memorias de Sarah Bernhardt del dramaturgo canadiense John Murrel parte del recuento de los últimos días de la gran actriz francesa que, retirada en su mansión en el campo, pasa revista con su secretario a los acontecimientos de toda una vida. En la versión española, realizada por Borja Ortiz de Gronda, desfilan frente a los ojos de Sarah Bernhardt los personajes que tanto influyeron en ella, desde su tiránica madre o su hermana, con las que siempre mantuvo una relación difícil, al empresario que tanto la explotó en sus giras por América... Aparecen recuerdos dolorosos como la pérdida de su pierna derecha en un accidente ocurrido en escena, que le obligó a amputarla, o momentos de triunfos arrolladores, como cuando se atrevió a interpretar al mismísimo Hamlet en Inglaterra, en medio del escándalo... Sobre una escenografía sencilla que no quita protagonismo a los dos actores, éstos se dedican a llenar el escenario con sus diálogos, imaginativos y nada monótonos. Una terraza donde la actriz se empeña en recordar lo que fue su vida, para transcribirlo al papel en forma de memorias, y de allí salta a la propia imaginación de la artista que transforma a Pitou, su secretario, en actor y sus vagos recuerdos en escenas, diálogos y ensayos que obligan a Pitou a convertirse en actor precipitado.
Estamos ante un texto implacable, tierno a veces, divertido siempre, sobre la mentira del teatro y la verdad de la vida (o viceversa), que ofrece a dos grandes actores como Charo López y Emilio Gutiérrez Caba la posibilidad de meterse en la piel de otros para hablarnos de sus propios sacrificios, de sus éxitos y de sus momentos difíciles. ?La vida de Sarah, construida con pasión, tenacidad y caprichos, es una ficción que ha ocupado el lugar de la realidad, invadiéndolo todo, sin permitir apenas diferenciar lo soñado, lo deseado, lo ocurrido?, dice el director de la función, José Pascual. La crítica ha subrayado que ?el trabajo de Charo López y Emilio Gutiérrez Caba roza lo impecable: Siempre se acierta en el tono adecuado: coloquial cuando hace falta, caricaturesco sin exceso, sublime y naturalista en otras ocasiones?