Este fue el discurso del alcalde en la invocación a la Virgen de la Encina en la misa de Acción de gracias:
No son la ley ni la costumbre las que nos traen un año más ante Tí, Morenica, sino la sangre y los afectos de haber nacido en esta ciudad que tú has acogido como Patrona. Ponferrada es mi cuna, mi entrañable responsabilidad y mi sueño. Ponferrada es también tu altar.
Por eso, aquí estamos un año más, Virgen de la Encina, en el segundo día de la fiesta. Vengo a ti acompañado de mis compañeros corregidores para traerte el aliento agradecido de este año. Un año no exento de preocupaciones y contradicciones donde el terrorismo y la barbarie han mantenido y aumentado su oferta pero lleno también de esperanza y de promesas.
Gratitud por la vida y la salud, que es el primer regalo; por la amistad y la buena relación con la familia, los amigos y las buenas gentes que pueblan nuestro alfoz. Pero gratitud también por el trabajo, ese bien a veces tan escaso que también es un derecho y una obligación para todos y que nos permite construir cada día una ciudad y una ciudadanía nuevas.
En estos últimos años Ponferrada se está convirtiendo en una núcleo ciudadano que emerge con una vitalidad sorprendente. Y no sólo hacía dentro sino también hacia España y Europa. Y lo hace gracias a políticas y estrategias de gobierno que están dando su fruto en las que hemos participado junto con los demás agentes del progreso. Pero tú y yo sabemos, Santa María de la Encina, que este dinamismo le viene a nuestra ciudad de los hombres y mujeres que la pueblan, de su tenacidad en el trabajo y de la ilusión que ponemos cada día en lo que emprendemos. Ponferrada, la ciudad que tú has elegido para poner tu trono y altar, es ilusionante, sorprendente, gratificante... Por eso merece la pena trabajar por ella y con ella para engrandecerla y ennoblecerla: La llegada del Tren de Alta Velocidad y la construcción de nuevas autovías, el desarrollo de todos los polígonos industriales, la dinamización turística, la revitalización y arreglo del casco antiguo con la reutilización del Castillo y el arreglo de los pueblos que conforman su municipio, la construcción de dos nuevos puentes que estrechen más los vínculos de comunicación entre los ciudadanos, la ordenación y el desarrollo del suelo edificable que permita seguir mejorando, la configuración y el desarrollo armónico de nuestro pueblo y la dotación de nuevos servicios, siguen siendo los retos que hoy traigo ante ti, Virgen Morenica.
Ayúdanos a mejorar esta ciudad de todos y para todos que poniendo alas a la ilusión debe de celebrar por todo lo alto el centenario de la concesión de su título otorgado por el Rey D. Alfonso XIII el 7 de septiembre de 1908, paralelamente con el de tu coronación canónica en el próximo año 2008. Estate segura, Virgen de la Encina, que de una manera u otra pondremos toda nuestra capacidad de esfuerzo para estar a la altura de lo que merece tu templo, tu ciudad y tus hijos, los ponferradinos. En este próximo año de 2005 deberemos comenzar a pensar y a trabajar en ello, que los pueblos no sólo deben de crecer en estructuras exteriores sino en corazón y respeto a su identidad y tradiciones.
¡Virgen de la Encina, Madre y Patrona Nuestra! Acepta estas flores que en nombre del pueblo de Ponferrada hoy te ofrezco. Conforman el sentido de la belleza del paisaje humano y natural de este núcleo humano que ha nacido y se ha aglutinado en torno a tu templo y nuestro deseo de agradecerte y de agradarte. Fortalece nuestro deseo de trabajar siempre por el bien común y al servicio de todos los ponferradinos. Siempre cercano y generoso hasta donde las leyes nos permitan ofrecer lo que todo ciudadano necesita y solicita.
Bendice nuestros esfuerzos. Nunca se nos subirá a la cabeza el servirte a ti y a los demás en todo lo que hagamos pues con tu ayuda ha sido y ha de ser nuestro norte y nuestra guía.
Con vuestro alcalde, dad gracias ponferradinos a la Virgen de la Encina..